domingo, 23 de diciembre de 2012

EL EXPRESO POLAR

EL EXPRESO POLAR. Chris Van Allsburg. EKaré.


Uno de los libros que solemos releer cuando llegan estas fechas es "El Expreso Polar" de Chris Van Allsburg. Tapados en la cama y muy juntos nos dejamos envolver por la atmósfera que sugiere este entrañable viaje: el viaje de un niño que la noche de navidad, es recogido  en la puerta de su casa por el Expreso Polar, un tren fantástico que lo llevará (junto con otros muchos niños) al Polo Norte. Allí los espera Santa Claus para la ceremonia de entrega del primer regalo de Navidad.
Este álbum consiguió el premio Caldecott Medal en 1986, aunque desafortunadamente  la difusión de esta historia vino de la mano de la  película que en 2004 lanzó en campaña navideña la Warner Bross, film animado donde aparece Tom Hanks protagonizando al revisor de este tren tan especial.

La historia está narrada en primera persona por un niño, el protagonista, que ahora ya es adulto y recuerda esa mágica noche. Todas las ilustraciones se presentan a doble página, y tanto éstas como  el texto aparecen  enmarcados. Todo ello genera sensación de cuadro, de escena de teatro y lleva al lector a tomar cierta distancia. Las ilustraciones del libro están como difuminadas, turbias, hay una luminosidad opaca que consigue provocar una sensación de niebla, de sueño. Y es que a lo largo de toda la historia realidad y fantasía se entrelazan, los límites están difusos, ¿es un sueño del niño?, ¿es realidad?


Chris Van Allsburg parece hacer un homenaje, un canto a la fantasía, porque la imaginación también es realidad. No sé si es éste el mensaje que nos quiere transmitir el autor, pero para mí esto me ha llevado a pensar en la estrecha relación entre fantasía y razón; ambas no son dos fuerzas ciegas que se contraponen, sino que configuran dos dimensiones esenciales de la personalidad humana. Una y otra se necesitan, cabalgan juntas, porque es el material de la experiencia el que impregna la fantasía, el juego y los sueños.
Fantasía, imaginación y juego son la base de la creatividad y por ello deberían de ocupar un lugar prioritario en todos los proyectos educativos, ya que es la imaginación y no la rutina aquello que se encuentra en la base de los mejores descubrimientos: el experimento del científico, el discurso del filósofo, la fábula del poeta, el cuadro del pintor…
Los límites entre realidad y fantasía en los niños se desdibujan (como ocurre en esta historia), la creatividad y la imaginación impregnan la vida infantil, a pesar del relego al que se les condena en la escuela. Pero parece que conforme nos hacemos mayores, vamos perdiendo con la falta de uso esas capacidades, perdemos “la capacidad de escuchar con la oreja verde”. Es por ello que el Allsburg al final de la historia nos hace una llamada a seguir creyendo, seguir imaginando: "Aunque ya soy viejo, el cascabel aún suena para mí, como suena para todos aquellos que verdaderamente creen".



Así pués a seguir creyendo en la fantasía y en la magia de la Navidad.

Os dejamos con la música de Enya, acompañada de imágenes de la película "Expreso Polar".