viernes, 26 de abril de 2013

OSCAR Y LA GATA DE MEDIANOCHE

Oscar y la Gata de Medianoche. Jenny Wagner y Ron  Brooks. Lóguez.


Hoy volvemos a hablar de otro clásico editado en 1977, un delicado álbum, que recibió el premio al libro infantil del año en Australia.
Así son las primeras palabras, claras, sencillas pero contundentes, abordando directamente el hecho de la muerte como algo natural: “El Mario de Rosa hacía tiempo que había muerto. Ahora vivía con su perro que se llamaba Oscar”.
Pero en esta relación perfecta entre la viuda Rosa y su perro Oscar, dominada por una existencia  monótona y tranquila, donde ambos trabajan juntos en el jardín y dormitan frente al fuego, aparece un tercero en discordia; una negra gata callejera de pelo lacio y brillante, que todas las noches se pasea por el jardín de la casa.
Rosa quiere dejar entrar a la gata, le pone leche todas las noches, pero Oscar se siente amenazado, quiere que las cosas continúen como están, no está dispuesto a compartir su amistad.




El texto compuesto por frases cortas, y palabras perfectamente escogidas y ubicadas, junto con las ilustraciones cuidadosamente sombreadas, trazadas a plumilla y con colores suaves, contribuyen a reflejar la tranquilidad, el confort de la monotonía y del encanto de las pequeñas y cotidianas cosas del día a día de Rosa y Oscar. Un hogar un tanto pasado de moda, donde se aprecian los recuerdos de toda de una vida.

Respecto a los personajes, nos conmueve la apariencia de Rosa, una típica y adorable abuelita, con su moño gris recogido, su suerter de lana y sus pantuflas afelpadas adornadas por un pompón rosa. Estás zapatillas de ir por casa reconfortan a Oscar, cuando siente la soledad y el miedo ante la enfermedad de Rosa. En cuanto a Oscar, un perro pastor grande, de pelo claro y lanudo, tiene su contrapunto en la gata de Medianoche, misteriosa, oscura y silenciosa como la noche. Pero el verdadero protagonista de la historia es Oscar, ésto se nos hace saber ya desde la portada del álbum, donde vemos su nombre rotulado en grande.



En apariencia parece una historia simple, pero como todos los buenos álbumes contiene mensajes en capas que podemos ir desgajando en una lectura pausada. De manera sutil y sencilla se aborda el tema de los celos, las pérdidas, la enfermedad, el paso del tiempo, la amistad, la compañía… En este sentido, el libro me recuerda a “Donde viven los monstruos”, tanto por el estilo, técnica y color de las ilustraciones, como por la aparente simplicidad del texto, el uso de pocas palabras para esconder cuestiones filosóficas y conectar con la mente infantil.




Ron Brooks, autor de este álbum está nominado al premio Andersen que se fallará el 24 de marzo de 2014 en la feria del Libro de Bolonia. 
Jenny Wagner y Ron Brooks, autora e ilustrador de este libro, escribieron también “El Bunyip” otro premiado y especial álbum, reeditado recientemente por Ekaré que merece la pena saborear.



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